lunes, 26 de julio de 2010

Es más fácil con los demás.

Tengo una amiga cuyo nombre no diré, solo diré que hoy le di un consejo, la animé, la saqué del hueco, como por así decirlo y me sentí eficiente, especial, porque su respuesta a mi consejo me hizo seguir hablando y darle más consejos. Pero lo más importante que me hizo entender fue que todo eso que le dije, lo tengo que poner en práctica yo.

¿Por qué será tan difícil entender que algo está mal con uno mismo?
¿Por qué es tan difícil aconsejarse uno mismo?
¿Por qué no hacemos caso o ponemos en práctica nuestras propias palabras?
¿Será que los problemas de los demás llegan o se vuelven más importantes que los nuestros?
¿Será que es mera casualidad que cada problema, situación que otra persona tiene siempre uno la tuvo antes y por eso simplemente se comparten etapas de nuestro camino?
¿Será que siempre sabemos la respuesta, pero no sabemos cuando utilizarla?

No lo sé, pero por eso es muy difícil guardarse las cosas, los sentimientos, porque la mayoría del tiempo necesitas a otra persona que te aclare y te diga todo como es.

Muchas veces por no querer buscar a esa otra persona, jamás resolvemos los problemas, jamás nos desahogamos, jamás hablamos. La verdad es que es mil veces mejor ser abierta que ser una persona cerrada, pero eso no quiere decir que no se puede ser algo reservada.

Abril Masó.

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