lunes, 18 de enero de 2010

Un buen libro.



Que tan penetrante puede resultar un libro, sea de, poemas, novelas, comedia, acción, fantasía; realmente, nos encantan.

Escuché alguna vez que los escritores, se metían tanto en sus cuentos, que dejaban a un lado el mundo real, olvidaban, en algunos casos, quienes eran. Si nos ponemos a pensar, para un escritor, su historia debe ser real, pues sino, no podría contarla y que los lectores no lo creyeran.

Te puedes meter tanto en la historia, sentir lo que pasan las personas en ella, buscar semejanzas entre el cuento y tu vida, creerte el protagonista o tal vez la villana, irte lejos de tu mundo y entrar en el mundo del libro.

¿Por qué será que un libro jamás esta de más? Siempre terminamos leyendo uno.

Sin importar de quien haya sido escrito, sin importar si es famoso o no. Lo que importa es, que sea una buena historia, que realmente te forme una obsesión.

Esa es la palabra obsesión, cuando comienzas un buen libro, no puedes parar, necesitas seguir leyendo, porque se vuelve tan importante, tan interesante como cualquier otra cosa; además no podríamos quedarnos con la duda.

Hay tantos tipos de libros, por ejemplo, los de poemas, siempre, aunque estés triste, enamorado, feliz, enojado o de cualquier ánimo, siempre habrá un poema que describa lo que te sucede y hasta te anime. También los de fantasía, que te llevan a esos tiempos en los que creias en todo, creias en soluciones mágicas. Las novelas, que pueden ser, desde experiencias, hasta cuentos dramáticos inventados. Muchos tipos, pero cada uno más extraordinario que el otro, es lo grandioso de la literatura.

No hay mejor manera de comenzar o terminar un día que leer un buen libro.

Abril Masó

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